"Esgarraet" valenciano.

Receta muy sencilla, no tan afamada como otras de la gastronomía valenciana, requiere un poco de paciencia pues tienes que empezar el día antes como mínimo antes de poderlo comer. Esto es para que se integren todos los ingredientes, pues mejora mucho preparado "de un día para otro".

Muy importante, al llevar tan pocos elementos, es que estos sean de la mejor calidad posible. El bacalao, comprado en el puesto de salazones y encurtidos Hermanos Teruel en el Mercado Central, es garantía de estupendo producto. Con más de un cocinero he coincidido allí.



Ingredientes:

- Bacalao, en salazón o ya desalado.
- Pimientos.
- Ajo.
-Aceite de oliva.
- Piñones.

Elaboración:

Preparamos el bacalao. Si lo tenemos que desalar nosotros, lo mantendremos durante un mínimo de 24 horas en agua, cambiando este agus 4 o 5 veces durante este periodo.

Este que he utilizado, ya lleva parte del proceso realizado. Entonces hay que mantenerlo en agua 3 o 4 horas. Lo lavamos  y secamos entre varias hojas de papel de cocina absorbente. Mantenemos unas horas al aire en la cocina para que esté bien seco cuando empecemos con la preparación.


Asamos los pimientos. Precalentamos el horno a l80º. Lavamos los pimientos, secamos y colocamos en la bandeja. Chorrito de aceite y un poco de sal por encima (cuidado con la sal, no pasarse para nada pues hay que tener claro el punto de sal del bacalao).


Los mantenemos durante unos 30 minutos aproximadamente, Se van ablandando y veremos que se van "chafando". Yo al ser estos pequeños, bajé la temperatura a 140º en la mitad de tiempo de horneado.


Esperamos que enfríen una vez sacados del horno y pelamos. Desmigamos el bacalao y los pimientos. Hay que recordar que "esgarrar" en castellano significa desgarrar, desmenuzar. Quitamos todas las pepitas del pimiento, pues son un bocado molesto, como lo pueden ser las espinas del bacalao.

Troceamos un par de dientes de ajo, que añadimos a lo anterior. Agregamos un buen aceite de oliva, mezclamos bien. Tapamos el cuenco con film estirable y dejamos que repose durante varias horas.


Antes de servir, tostaremos unos piñones si queremos buscar el matiz crujiente y los añadimos. No es ortodoxo, pero pienso que no es un grave delito. Solo resta servir, llevar a la mesa y comer.

Buen provecho !!!